Recientemente, un estudio publicado por el PMAS ha propuesto una metodología innovadora para evaluar y medir la cantidad, la forma y el tipo de nanoplástico presente en el agua embotellada. Este estudio, más preciso que las investigaciones anteriores, reveló que la estimación previa de la presencia de microplásticos y nanoplásticos en consumibles era entre diez y cien veces inferior a lo que se pensaba.
Aunque esta metodología es prometedora, los autores señalan en el mismo estudio que sólo pudieron detectar 7 tipos de nanoplásticos, lo que representa únicamente el 10% de las partículas presentes en el agua. El 90% restante carece de puntos de referencia para determinar el tipo de nanoplástico y su concentración.
Nanoplásticos: Un peligro omnipresente y latente
Derivados de la descomposición de residuos plásticos de mayor tamaño, los nanoplásticos han adquirido una presencia omnipresente en nuestro entorno. Su minúsculo tamaño les permite atravesar el aparato digestivo y los pulmones, penetrar en el torrente sanguíneo y llegar a órganos vitales como el cerebro y el corazón. Además, pueden atravesar la barrera placentaria y afectar al feto.
En un estudio reciente, los científicos contaron e identificaron las partículas presentes en el agua embotellada, revelando que un litro contenía alrededor de 240.000 fragmentos de plástico detectables, una cifra entre 10 y 100 veces superior a las estimaciones anteriores. Utilizaron una técnica revolucionaria llamada microscopía de dispersión Raman estimulada, centrándose en siete tipos comunes de plásticos y desarrollando un algoritmo para interpretar los resultados.
Riesgos y retos de la toxicología de los nanoplásticos
La conexión entre la morfología de las partículas y su composición química suscita importantes preocupaciones en términos toxicológicos. La toxicidad de las micronanopartículas depende no sólo de la cantidad ingerida, sino también de las características fisicoquímicas que influyen en las interacciones celulares y la absorción.
A la luz de estos hallazgos, es necesario comprender el alcance de los daños biológicos que podrían causar los nanoplásticos. Los experimentos con ratones han revelado la presencia de nanoplásticos en tejidos como los pulmones y los fetos, lo que pone de relieve la importancia de seguir investigando.
Cómo evitarlos: decisiones informadas
Ante esta realidad, surge la pregunta de cómo evitar la exposición a los nanoplásticos. Se sugiere abstenerse de consumir alimentos y bebidas en envases de plástico, optando por recipientes fabricados con otros materiales. Aunque beber agua del grifo se presenta como una alternativa, las iniciativas relativas al reciclado de aguas residuales para consumo humano generan debate sobre su atractivo.
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